El problema fue que los que oían no creían en él. Le vieron solamente como el hijo de María y José, el muchacho que habían visto crecer en su propia ciudad. Es más, querían que realizara en Nazaret los mismos milagros que había hecho en Capernaum, pero él se rehusó. Eso es lo que quiere decir la frase: “Médico, cúrate a ti mismo”. ¡Haz un milagro! Al principio admiraban la manera en que enseñaba, pero no transcurrió mucho tiempo para que esa admiración se convirtiera en antagonismo. ¿Por qué? Porque
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